sábado, 17 de septiembre de 2011

Lo utilitario y arte: Panton Chair

Siempre me he sentido atraída por el diseño industrial, la conjugación de elementos que fueron creados con una intención utilitaria y que además son agradables a la vista y al tacto me parece fascinante, añadir una cualidad que invite contemplar cualquier elemento utilitario más allá de la mera función para lo que fueron concebidos demuestra que la capacidad humana de creación no se conforma con realizar objetos de uso cotidiano que nos ayuden a hacer nuestra vida más fácil y práctica, si no que es capaz de conjugar lo estético y lo práctico logrando que el resultado sea mayor a la suma de sus partes.



Al ver una silla como la creada por Verner Panton en 1960  (ha obtenido numerosos premios de diseño y está presente en numerosas colecciones en importantes museos del mundo) no puedo evitar pensar en una escultura de formas sinuosas, sus curvas suaves parecen seguir las ondulaciones de un río y me hace pensar en alguna forma de vida primigenia, a veces parece un caracter de una escritura desconocida, una ondulación en el aire. Su apariencia maciza engaña al percatarnos de lo ligera y cómoda que es en realidad. Transmite una sensación de relax e informalidad que nos invita a acercarnos y nos sentimos en presencia de un juguete al que no podemos dejar de poner la mano encima.

Poseo una panton junior (para niños) para hacer sesiones de fotos infantiles y no he conocido al primer parvulo que no corra a sentaste sobre ella en cuanto se la muestro. Tiene una carácter lúdico que nos fascina y nos atrae a la vez.


El hecho de ser ligera, apilable, económica y que sirva para usar tanto dentro como fuera de casa no está desligado de su cualidad estética y es un claro ejemplo de cómo a veces el arte y la artesanía (en este caso el diseño) se confunden y mezclan en uno solo.

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