Tardé mucho en decidir lo que en el fondo sabía que debía hacer. Aquello me estaba afectando no solo física, sino emocionalmente y no dejaba de pensar que era yo la del problema al no sentirme como los demás.
Y es que mi crisis de los 40 se convirtió en una crisis vocacional.
Me fui de CANTV. Me retiré sin esperar jubilación después de 21 años de servicio. Algunos pensaron que estaba loca por hacerlo. No me importó, ya no aguantaba más. No era normal pasarse la noche despierta, angustiada por sentirme fuera de lugar. No era normal llegar a la oficina con lagrimas en los ojos por no querer estar allí "¿yo soy la única en sentirse así?¿es que nadie siente lo mismo?¿acaso soy anormal?" retumbaban las preguntas en mi cabeza.
Para mi sorpresa, recibí muchos mensajes de apoyo y de aliento cuando finalmente lo decidí, me hicieron varias despedidas y me hicieron sentir realmente especial.
Hoy, 22 días después de dejar aquello, me sigo sintiendo feliz. No sé cómo puedo estarlo considerando que soy una desempleada cuarentona en el país más miserable, mas peligroso y con más inflación en el planeta.
Algunos ajenos a CANTV me preguntan si ya entré en la etapa depresiva por abandonar el trabajo. Yo, la verdad, no entiendo a qué se refieren.
Y es que he vuelto a dormir sabroso, como bien lo saben hacer los niños. Y he vuelto a despertar animada solo para caminar considerables distancias que hace tiempo no hacía. He vuelto a tomar la cámara y he conocido gente a quien le
Y todo eso merece ser documentado, por eso he vuelto a escribir aquí. Es cierto que el blog se encuentra en un estado deplorable, se perdieron muchas fotos después que cancelé mi suscripción de Flickr, el diseño merece ser revisado y parece mas bien una casa abandonada. Pero me prometo escribir una vez al mes, sobretodo porque disfrutaré leyéndome en el futuro. Estoy segura de eso.