sábado, 27 de julio de 2013

Como carrito de heladero, así vamos

Parece mentira: ya estamos dejando atrás el mes de julio, se nos ha ido más de medio año y estoy segura que en un pestañeo ya estaremos montando el arbolito (de plástico seguramente) despidiendo a este año pavoso con la esperanza de que el próximo sea mejor aunque nadie se lo crea.

Y en medio de esta inflación descomunal, mientras utilizamos todo nuestro tiempo libre en procurarnos lo "esencial" para vivir (como azúcar, café, mantequilla y papel toilet) rogando porque ningún familiar se enferme y estirando la quincena a niveles inimaginables, nos hemos concentrado en hacer de esta casa un hogar y de tachar algunas de las cosas que aparecen en La Lista (así en mayúscula y en negrita).

La Lista es una cosa monstruosa creada por nosotros mismos donde anotamos todos los pendientes de nuestra casa, en realidad es un compendio de diferentes listas creadas por categorías: sala, baño, techos, pisos, afueras, adentros, etc. Y como el papel lo aguanta todo y mi imaginación sigue siendo fértil, La Lista no ha hecho mas que crecer y crecer hasta convertirse en un verdadero fardo, pero lo malo no es que esta cosa crezca, sino que disminuye poco, o al menos no a la velocidad que yo quisiera; sin embargo,  resultó que se han terminado no uno, sino varios proyectos que habían estado en La Lista desde hace al menos seis meses.

 El primero fue el de la puerta de nuestro baño, empeñada en montar un herraje que aquí nunca he visto, terminé intercambiando correos con una empresa española, una china y una gringa, solo para descubrir que sus "representantes" en este país no tenían ni la más remota idea de lo que les estaba hablando mientras me miraban como si hablaran con la mismísima maestra de Charlie Brown.




Me enamoré de ese sistema con barra y ruedas de acero


El otro proyecto era el de terminar el lavandero, que se retrasó cuatro meses porque uno de los gabinetes llegó golpeado y hubo que pedirlo a fábrica nuevamente.


Así quedó el lavandero, mucho mas decente que como estaba


Y finalmente el closet de la escalera, que lo encargamos a un carpintero, muy buena gente el, que a pesar de su buen talante tardó seis meses en terminar el bendito mueblecito ¿alguien ha escuchado la expresión "promesa de carpintero"? pues así son.


Ahora tengo mi propio closet para artículos de fotografía, yum



Se siente bien terminar las cosas, sobre todo si se es procrastinador de oficio como nosotros, que preferimos sentarnos frente al PC o la tablet en vez de poner manos a la obra. Y así, poco a poco las cosas van saliendo como carrito de heladero: a campanazos y empujones.


Esta no es La Lista, es una lista de enfoque (que me ayuda a enfocarme en lo más importante).La Lista la llevo en mi cartera y me da pena mostrarla.